Amber, una perra mestiza de cinco años, protagonizó una increíble historia de supervivencia y perseverancia en el Reino Unido. Tras extraviarse el 25 de abril pasado en el Parque Nacional de New Forest, inició un periplo de más de 160 kilómetros que incluyó la natación hasta una isla, antes de ser rescatada en un operativo que movilizó a numerosos voluntarios.
La perra, originaria de un refugio en Catar, había sido trasladada al Reino Unido por la organización KS Angels Rescue, dirigida por Sam Collins y Kelly Parker. Poco después de su llegada, Amber se perdió en el parque, desencadenando una búsqueda que se extendió por Hampshire y Dorset.
Durante su travesía, Amber fue vista en 63 ocasiones. Los rescatistas instalaron estaciones de comida y cámaras para intentar localizarla. La perra avanzó hacia el suroeste, llegando a la costa en Sandbanks, Poole. Desde allí, nadó aproximadamente un kilómetro hasta la isla de Brownsea.
Una residente de la isla comenzó a alimentarla cada noche, pero al cuarto día, Amber intentó regresar al continente a nado. Fue entonces cuando la tripulación de un ferry la avistó. Ethan Grant, miembro de la tripulación, relató a The Guardian: “Me di cuenta de que era un perro y pensé: ‘¿Qué está haciendo ahí?’. Se notaba que estaba luchando, así que pensamos que teníamos que sacarla de allí o no lo lograría”.
Tras cinco semanas deambulando, Amber fue examinada por un veterinario, quien confirmó que, a pesar de haber perdido peso, se encontraba en buenas condiciones. Actualmente, está recibiendo alimentación adicional mientras se evalúa su adopción.
Kelly Parker, de KS Angels Rescue, explicó que Amber había entrado en un “estado mental salvaje” hasta el día de su rescate. “Tuvimos muchas personas bien intencionadas que realmente trataron de ayudar, pero con un perro asustado que adoptó una mentalidad salvaje, cualquier intento de acercamiento hace que huya”, añadió.
Parker también señaló que cada vez que la perra era vista, había avanzado entre ocho y diez kilómetros. “Fue frustrante, sentíamos que siempre íbamos detrás de ella. Es una experiencia que no querría volver a vivir, aunque al menos tuvo un final feliz”, aseguró.
Sam Collins describió el operativo de búsqueda como un desafío: “Estaba completamente desorientada, seguía regresando al punto donde se había perdido y se movía en círculos cada vez más amplios”. Tras una semana sin avistamientos, recibieron una llamada informando que Amber estaba en un barco. “Sabemos que entró al agua en Sandbanks porque nos enviaron una foto suya allí. Nadó alrededor de un kilómetro, lo cual es increíble”, destacó Collins.
Desde la organización KS Angels Rescue esperan que Amber encuentre en el futuro “un espíritu más tranquilo y estable” junto a una familia.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.
